miércoles, 23 de mayo de 2007

El misterioso caso de las rubias platino

En el Caprabo de la calle Escorial las cosas han cambiado mucho en una semana. Donde antes había legumbres, ahora hay patatas. Las colonias y perfumes han dejado su lugar al papel higiénico, y lo que eran siete dependientas, ahora parecen una y clonada con saña. Por el mercado se pasen siete sudamericanas teñidas de rubio platino. Las raíces caucásicas no les favorecen a todas por igual. No hay que ser malo, pero es que a uno se le quitan las ganas de ir a comprar al ver este recibimiento. También resulta curioso cuando coinciden tres en las cajas, a la hora de cobrar. Están más preocupadas en salir cinco minutos antes, que en devolver el cambio bien. Supongo que es cuestión de dedicación. Claro que el que siembra vientos, recoge tempestades. Luego no se me vayan a quejar. Y es que el ambiente parece más cercano a Pepi, Luz y Boom…, que a un supermercado.

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