De poco o de nada sirven los spots subliminales de la Dirección General de Tráfico. 91 muertos es el primer balance de la Semana Santa. Irónico que sigamos llamándole Santa. A pesar del bombardeo de anuncios que hemos degustado tanto en la televisión como en la radio, la gente ha optado por seguir queriendo llegar 10 minutos antes o hacer del tirón 1000 kilómetros. Las opciones que quedan son pocas. Los expertos, y los no tan expertos, han llegado ya a la conclusión de que la entera responsabilidad debería recaer de forma fulminante sobre los conductores, con sanciones ejemplares y que tuvieran efecto inmediato. Acción-Reacción. De la misma forma que se adiestra a los perros, creo que el siguiente paso para tratar de paliar el elevado número de vidas que se lleva la carretera, debería pasar por un trato judicial fulgurante.
domingo, 8 de abril de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario